Bienvenidos a la web de la Basílica de la Merced. Cuando pensábamos como presentar la página que ahora mismo estáis visitando, escogimos como lema “Abrir la basílica”.

Nos parecía que era un modo de hacer nuestras las palabras del Papa Francisco: “la Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del padre. Uno de los signos concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes”. (E.G 47)

Abrir la basílica era un lema que deseaba “hacer realidad el sueño de la opción misionera que es capaz de transformarlo todo para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda la estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual”. (E.G 27)

Nos parece que realmente resume bien lo que aquí podéis encontrar. Abrir la basílica significa abrir un espacio de oración y recogimiento a los pies de la Mare de Déu de la Mercè. Un espacio acogedor en un templo que quiere también estar abierto al tiempo pasado, tan lleno de historia estrechamente vinculada a nuestra querida ciudad de Barcelona.

Efectivamente nuestra historia empezó aquí, con el obispo Berenguer, el rey Jaime I y San Pedro Nolasco, el primer general de la orden de la Merced. Nuestra historia es preciosa en contenido y fecunda espiritualidad.

Abrir la basílica significa también proyectar hacia el futuro más allá de este momento. Abrir la basílica no sólo a los feligreses, hijos de la Parroquia, sino también a todos los hijos e hijas de Dios que vienen de la ciudad de Barcelona de la cual nuestra Merced es su patrona y princesa.Abrir la Basílica también a cuantos peregrinos del mundo entero esperan encontrar, en nuestro santuario, un espacio abierto, fraternal y acogedor.
 

El Papa sigue afirmando que “si la Iglesia entera asume su dinamismo misionero debe llegar a todos sin excepciones. Pero ¿a quienes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto los amigos y vecinos ricos sino sobre todo a los enfermos y a los pobres, a esos que suelen ser despreciados y olvidados”. (E.G 48)

Abrir la basílica es abrir el corazón al hermano necesitado. Y no solo como consecuencia de ocupar un lugar céntrico, en un paraje culturalmente poliédrico, sino por coherencia con la propia fe cristiana y la fidelidad al testimonio de San Pedro Nolasco. La presencia entre nosotros de la comunidad de Los hermanitos del Cordero así otras tantas iniciativas semejantes, nos deben animar a “abrir la basílica” también a las personas más necesitadas.

Vamos a Abrir la basílica en tres ámbitos fundamentales, en comunión con el deseo del papa Francisco y de nuestro cardenal arzobispo, que en sus líneas básicas respecto de la evangelización de las grandes ciudades, nos orientan hacia la espiritualidad, la peregrinación y la caridad.

La espiritualidad que significa ofrecer un espacio de silencio para la oración, la posibilidad de retiros espirituales, los momentos prolongados de adoración al Santísimo Sacramento y de devoción filial a nuestra Madre María.

La peregrinación que significa dar a conocer a los feligreses quién es su princesa y madre que les espera siempre y que acoge delicadamente a sus hijos venidos desde lejos. De ésta su casa partió una gran iniciativa misionera y liberadora que mantiene hoy plena vigencia. También hoy la Virgen desea ser madre de misericordia y libertadora de todos cuantos peregrinamos por este convulso mundo, a menudo cautivos del afán de riquezas, placer o seducciones en las que sucumbe nuestra auténtica libertad.

Aquí iréis encontrando, conforme se vaya construyendo este espacio virtual que ahora os presentamos, no sólo los horarios actualizados de servicios y culto en la basílica, sino también el día a día de la hermandad de Merced, especial impulsora de la vida de la Basílica y otras iniciativas que pretenden aunar el esfuerzo de muchos voluntarios y voluntarias que van sumándose a este gran proyecto. Ellos son los nuevos mercedarios que nos animan a descubrir este espacio de oración donde encontrarnos con Dios y con los hermanos, al tiempo que peregrinamos juntos bajo la mirada de María y la necesidad de reconocer a Cristo, encarnado en el que más sufre.
 




GOIG A LA MARE DE DÉU DE LA MERCÈ


TORNADA
 
Deis captius Mare ¡ Patrona, puix del
Cel ens heu baixat: Princesa de
Barcelona, protegiu vostra ciutat.


Els reis moros tenen plenes ses
masmorres de captius que el remor de
les cadenes ploren llàgrimes a rius.
Jesucrist no els abandona, puix Nolasc
els ha escoltat:

Veu Nolasc els seus martiris i a la
Verge els oferí, jardinera d’eixos lliris
que trepitja el sarraí.
De les mares la més bona ais bons
presos s’ha afillat:

Entre càntics i harmonia a Nolasc
s’apareix, la nit fosca es torna dia que
de llum tot ho rubleix. Té a un costat
Santa Madrona, Santa Eulàlia a altre
costat:

Descobrint Ella el misteri diu: -Nolasc,
no tinguis por; deis que estan en
captiveri tu en seràs el redemptor.
Jo seré ta companyona, tu seràs el meu
soldat:

Dónan’n compte al rei En Jaume i a
Ramon de Penyafort, i a arrancar filis
ajudau-me d’entre el braços de la
mort. Ves tu a l’África i destrona a qui
el món té esclavitzat:

En aquella hora Maria, bella font de
les Mercès, com deis reis la estrella un
dia, deixa’s veure de tots tres.
Del Cel baixa, com una ona, dolç
perfum de caritat:

Nostra Seu hermosa i bella d’aquesta
Orde és el bressol, l’orient d’aquesta
estrella que els esclaus prendran pel
sol. Per blasó amb sa creu els dona,
l’ample escut del Principat:

Oh captius de Moreria, no ploreu ja
de tristor, que la Verge vos envia
missatgers del seu amor. Donaran
fins sa persona per comprar-vos el
rescat:

Ve Maria a rompre els llaços a
vuitanta mil esclaus; saludeu-la, que
sos braços són cadenes molt suaus.
Ella el món desengrillona de la serp
que el té lligat:

Amb blanc hàbit de puresa van ¡
vénen per la mar els coloms de la
Princesa que té aquí son colomar.
Per tota Àfrica ressona el seu cant de
llibertat:

No té esclaus ja Moreria, Llucifer els té
a milions.
Oh! preneu-los-hi, Maria, tots els
regnes i nacions.
Es l’infern la negra androna de la gran
captivitat:

Barcelona enamorada vos fa trono del
seu cor: puix del Cel li sou baixada,
feu-ne cel de vostre amor. Vostre braç
que esforç els dóna sia sempre al seu
costat:

En certamen de cent pobles sa corona
li da’l món; la pren ella i amb mans
nobles la ha posada en vostre front.
Per sa Reina vos corona la que ho és
del Principat:

Que del Cel baixeu encara vostra
imatge d’or ho diu, que amb els
braços ens empara com una àliga son
niu.
Per sa estrella us mira l’ona, per son
àngel la ciutat:

Lletra de mossèn Jacint Verdaguer
Música del mestre Lluís Millet

 



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